Sí, sin duda es permitido que nuestros hijos pequeños puedan ensuciarse. Vale recordar que los niños aprenden tocando y oliendo, no sólo viendo de lejos sino siendo parte de la exploración. A menudo nosotros  deseamos que los niños estén quietos, sean pacientes, que se entretengan sin juguetes y que se mantengan limpios cuando salen a jugar; concepción errónea que los limita en su aprendizaje.

No hay reglas ni manera “correcta” de jugar, simplemente es natural ensuciarse, tocar, sentir con sus manos, dedos y pies. Ensuciarse ayuda a estimular en los pequeños la curiosidad, la imaginación, el lenguaje y la motricidad por medio de los sentidos. Explorando texturas, olores, sabores, es como ellos pueden construir su pensamiento, clave precisa para que vayan adquiriendo los aprendizajes adecuados para su edad.

Es por medio del tacto que podemos dejar que experimentan sensaciones  agradables como: jugar con agua y jabón, arena, tierra, pintura, gelatina o harina. Estas sensaciones representan un descubrimiento excitante en los niños tanto que, a nivel cerebral se logra estimular las conexiones neuronales de forma divertida. Diversos estudios muestran que mientras más tiempo el niño o niña se ensucien su sistema inmunitario se activa y eleva, siendo saludable para su crecimiento.

Estar unos minutos más con la ropa manchada de pintura, los zapatos con tierra o las manos llenas de masa no es el fin del mundo, no hay nada que el detergente no pueda sacar. Es razonable enseñarles a nuestros pequeños la higiene, pero crear en ellos la idea de que es de mala educación o quizás malo ensuciarse es extremadamente perjudicial. En los últimos años han aumentado tanto las enfermedades autoinmunes, las alergias y otras patologías debido al exceso de higiene, si los cuidamos tanto su sistema inmunitario no termina de madurar por completo y se vuelve híper reactivo. Dejémoslos ser libres, ser niños.

Escrito por: Norma Pelagallo, Psicóloga Infantil, Animus Estimulación Temprana, 0984608640