Después que nuestro bebé sale del claustro materno pasa a explorar el nuevo mundo en el que nos desenvolvemos, su hogar. Espacio integrado por los padres y demás familiares quienes comunicarán y transmitirán mucho amor y cariño. No hay nada más tierno que dedicar tiempo para brindar caricias, besos, abrazos, palabras de amor mientras concilian el sueño o después de una ducha caliente.

Cada palabra de afecto que emitamos a nuestros bebés los llenará de seguridad y tranquilidad, escuchar a mamá o papá cantar o contarles un cuento; tan sólo con su presencia y cercanía se calmarán en momentos de llanto. Las caricias permiten comunicarnos con nuestros bebés al frotar su delicada piel, tocar constantemente su rostro, sus manos o pies transmitimos ternura, cariño, afecto directo al pequeño tanto que, se duermen con más facilidad.

Cargarlos en nuestros brazos y pasearlos en el regazo de mamá o papá son los mejores sitios que nuestros bebés preferirán para sentirse protegidos, amados y aceptados por la familia y demás. Los abrazos permiten conectarnos con los demás, la cercanía que representa nos ayuda a que los bebés  nos transmitan sus molestias o enojo para que, de alguna manera podamos ayudarles a canalizar esas emociones.

Háblale a tu pequeño como le hablas a otras personas, es decir con palabras sencillas y claras, deja atrás el viejo mito de que “como son pequeños no entienden nada”, no es cierto tu bebé comprende todo lo que le dices y cada día este entendimiento aumenta más y más. Cuéntale lo que haces mientras le vistes, le bañas, a quien van a visitar, si llego papá, cuéntale como te fue en tu día, que viste y que sentiste.

Como ves hay varias formas de comunicarte con tu bebé,  Puedes usar la forma oral es decir palabras pero también la forma gestual es decir el  lenguaje expresivo, los gestos corporales y faciales que nos ayudan a transmitir mucho más lenguaje no verbal. Es fácil notar como nos sentimos a través de nuestra posición corporal, de igual manera sucede en nuestros pequeños, la rigidez corporal puede significar  tensión, estrés o ansiedad.

Puedes combinar estas dos formas de comunicación en tu día a día, estimularás el lenguaje de tu bebé, su expresión corporal, su memoria y su atención.