Desde el nacimiento los bebés innatamente desarrollan la capacidad de cercanía hacia su madre, el contacto y las caricias que su madre o cuidadora brinde servirán mucho para aliviar el estrés del nacimiento. Las manos de nuestro pequeño son el primer contacto accesible que tenemos para demostrar el afecto, elogiar sus cualidades físicas y la importancia que representan dentro de la familia.

Las manos de nuestros pequeños irán creciendo y eso le permitirá tomar ciertos objetos como el sonajero, muñecos colgados del gimnasio y pelotas suaves. Al manipular estos objetos va ir modulando de a poco sus movimientos, es decir nuestro pequeño dirige ya su fuerza hacia el objeto que desea tomar con intencionalidad y conciencia.

Mientras transcurre el tiempo nuestro pequeño crecerá y será capaz de tomar los objetos que se encuentren a su alrededor y ahora se los llevará a la boca para tratar de explorarlos, cualidad propia del primer año. Acción que se da porque en la zona bucal es donde hay más terminaciones, de modo que se percibe todo más intensamente que con los dedos. 

Es muy importante estimular tanto la mano derecha como la mano izquierda en estos primeros años, recién a los 5 o 6 años sabremos si nuestro niño es zurdo o derecho así que tenemos mucho tiempo para estimularlas por igual y respetar el proceso de lateralización, dejando que el bebé utilice la mano que desee y a su vez estimulando sus dos manitos.

Durante más tiempo se permita al niño manipular objetos o texturas ganamos que sus manos, dedos y muñecas se ejerciten. La utilización de las manos es de vital importancia a toda edad por lo que su perfeccionamiento se considera un hito complejo que, a edades siguientes permitirá dar lugar a la escritura, misma que permitirá conocer  y comprender nuestro idioma y los que existen.

Las manos de tu bebé son maravillosas, acaríciales y deja que te acaricien, déjale que toque el mundo con ellas!!

Escrito por: Norma Pelagallo, Psicóloga Infantil, Instructora de Estimulación temprana Animus, 0984608640