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Se nos pasa por desapercibido considerar que los bebés también tienen momentos de placer y descanso mismos que les ayudan a recuperar fuerzas para seguir jugando y aprendiendo. A continuación, mencionaremos qué momentos son los menos indicados para masajear a nuestros bebés.
Muchas veces pensamos que las caricias pueden ser dadas en cualquier momento, pero en realidad no es así. Si nuestro bebé está en su hora de siesta debemos dejar que sea placentera la hora del sueño para que pueda despertar relajado y con buen humor para seguir jugando.
Hay que tener en cuenta que los bebés también sienten decaimiento corporal y anímico cuando se encuentran afectados en su salud. Es por ello que, debemos en primer lugar atender su necesidad, satisfacer un buen descanso, toma de medicinas a tiempo y sobre todo que pueda estar en casa.
Sin predeterminar que las vacunas son dolorosas y más en nuestros bebés que van poco a poco comprendiendo la realidad de su nuevo entorno, pasan más susceptibles a cualquier dolor que devengan de un movimiento brusco o caricia sobre la pierna adolorida. Es válido no tocar o invadir el área afectada, respetando y aceptando su dolor y de igual manera permitiéndolo expresar su incomodidad.
Nunca consideramos que algunas irritaciones en zonas sensibles pueden ser causantes de días incómodos, tanto para ellos como para nosotros quienes estamos cuidándolos y que consideramos que, son menos importantes. Debemos siempre darle importancia al llanto de nuestros pequeños para comprender y satisfacer sus necesidades.
Es importante que si la persona que va a realizar el masaje se siente cansada, adolorida, triste o enojada, es mejor esperar hasta sentirnos mejor y realizar el masaje en ese momento. Los bebés son seres muy perceptivos que pueden sentir nuestras emociones con mucha facilidad.
Escrito por: Norma Pelagallo, Psicóloga Infanitl, Instructora de Estimulación Temprana Animus, 0984608640